Calacatta Argentum, puro y noble como la escarcha matutina en invierno, exhibe un tono blanco impecable. Sus vetas plateado-grisáceas, similares a hilos de plata bajo la luz de la luna, fluyen de manera natural, añadiendo capas y profundidad, otorgando un sentido de tranquilidad y elegancia, convirtiéndolo en una obra de arte preciosa.